El autor da la razón a la gente que podría pensar que esté loco porque se queja siempre del ruido.
Annuncia que va a escribir sobre los extraños ruidos que hacen los vecinos del piso de arriba al anochecer y supone que cada persona haya vivido una experiencía similar.
Nos cuenta con humor su experiencía de inquilino (sus vecinos que juegan a las canicas, una pareja que se arranque los botones como prologomeno, las anciantes que descatan el cadaver de la jornada con serruchos, un hombre de edad solitario que corretea y baile sin música,clavar ataúdes....).
Ademas el autor afirma que los Españoles son egoistas y no respectan los otros y denuncia que son capaz de colgar cuadros y acometer reparaciones al medio de la noche. Concluye que espera que mueran sus vecinos ruidosos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario